Así como hay padres que sostienen que hay que darles "a todos los hijos por igual" otros creen que "a cada uno lo que necesita". Obviamente que mandar a todos a la misma escuela es una gran solución en muchos aspectos pero ser permeables a ver qué necesita cada uno de nuestros hijos, que son únicos al igual que sus necesidades es importante para lograr un desarrollo adecuado para cada uno.
Aquí te dejamos algunas preguntas que te pueden resultar útiles cuando vayas a visitar instituciones.
- ¿Cuántos alumnos hay por sala? ¿Cuántos maestros?
- ¿Cómo es la rutina diaria?
- ¿Cómo es la adaptación? ¿Hay plazos de tiempo ya fijados o se adapta a las necesidades de cada chico?
- ¿Cómo es el momento de desayuno?
- ¿Hay alguna colchoneta o espacio en la sala para que el chico se tire a descansar si tiene sueño?
- ¿Hay alguna exigencia en cuanto a dejar los pañales o el chupete para ingresar a alguna sala, de 3 o de 4 por ejemplo?
- ¿Cómo es la comunicación con los padres?, ¿Cada cuánto hay reuniones?, ¿El jardín es abierto para reunirse ante un pedido nuestro?
- ¿Tienen música, gimnasia, plástica, salidas?
¿Qué cosas hay que tener en cuenta en la elección de un jardín para nuestros hijos?
Para los chicos puede resultar muy chocante recibir un trato muy diferente en la escuela y en el hogar, necesitan que parte de su mundo sea predecible para concentrarse en su desarrollo. Cada uno tiene una cosmovisión específica, pregúntate si coincide con la que se maneja en el hogar.
Observar cómo estimulan a los niños en el salón.
Hay diferentes concepciones sobre cómo estimular a los niños. Se ha comprobado que estimularlos de más no significa que aumentarán sus capacidades cognitivas. En su lugar, la sobreestimulación puede llevar al niño a sentir que no puede satisfacer las expectativas de los adultos y se concentrarán en captar la atención en lugar de desarrollarse tranquilo y a su tiempo. El espacio de aprendizaje debería tener un balance.
¿Qué hay que preguntar/observar?
Te recomendamos estar alerta para comprobar si lo que te dicen los directivos o personal que te muestra las instalaciones se condice con la realidad. Si se publicitan como un lugar en el que cada niño es único pero no tienen un espacio de juego libre, es difícil que realmente los consideren únicos. Si las tareas están definidas de acuerdo a los intereses que “debe tener un niño”, entonces nos están mostrando que los niños deben adaptarse al entorno en lugar de que el entorno pueda adaptarse a sus necesidades.
Es interesante visitar el horario de entrada o salida para observar cómo están los niños. ¿Se los ve felices y con ganas de comenzar el día o están irritados y ruegan por quedarse con sus madres? ¿Salen cansados pero sonrientes y tranquilos? ¿Cómo se comportan los docentes?
¿Y qué otras señales pueden alertarnos?
Cuando los niños salen irritados, llorosos, enojados. Con gestos de agresión entre ellos, empujones, etc,esto puede significar que están en un modo defensivo, en "modo supervivencia", que es cuando el entorno es tan hostil que ya no hay tiempo ni espacio para el bienestar, la confianza, la amabilidad. Normalmente los docentes también se ven exhaustos, con muy poco resto. El trato entre ellos también puede ser indiferente o distante. Gritan a los niños. Los niños están serios y con caras inexpresivas.