A veces los padres prefieren dormir cerca del bebé para atender cualquier molestia que éste pueda sentir durante la noche. Es bueno tener ciertas precauciones. Cuando el bebé ya está en casa, puede que la madre quiera pasar el mayor tiempo posible con él, incluso a la hora de dormir. Para esto, hay dos formas: el colecho y la cohabitación.
Colecho
Se denomina colecho a la práctica de dormir junto al bebé en la misma cama todas las noches. Quizás la mamá prefiera dormir con el bebé para ayudarlo de forma inmediata en caso de que necesite algo o llore mucho. Esto evita el tener que levantarse en la noche a ver qué le sucede a su hijo. Incluso así puede saber si alguna incomodidad lo distrae del sueño. Cuando la mamá y el bebé duermen juntos, se sincronizan su respiración y sus movimientos. Ambos están en alerta ante cualquier actividad.
Se ha dicho que el colecho es peligroso porque los padres pueden aplastar o ahogar al bebé durante el sueño. Para evitar accidentes, te damos unas recomendaciones:
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Coloca al bebé de espalda sobre una superficie firme.
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No tengas peluches o cojines que puedan asfixiarlo.
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En caso de padres obesos, es mejor que no duerman con el bebé.
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Si la mamá tiene el pelo largo, debe amarrarlo, para evitar que el pequeño se estrangule. También debe amarrar cualquier lazo que tenga su pijama.
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En caso de padres fumadores, drogadictos o que consumen alcohol, no deben dormir con el bebé.
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No abrigues demasiado al pequeño.
Los expertos aconsejan que aproximadamente a los 2 meses de edad, se traslade al bebé a otra habitación, ya que en este período los padres retoman las relaciones sexuales.
Cohabitación
Ésta es la práctica de dormir con el bebé en la misma recamara, pero no en la misma cama. De esta manera, la mamá se puede acercar a la cuna del bebé en caso de algún problema.
También existen precauciones a tener en cuenta:
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El colchón de la cuna debe estar totalmente ajustado, ya que si hubiese algún espacio, el bebé podría quedar atrapado. Debe ser firme y duro.
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Hay que vigilar que no quede ropa suelta en la cuna –ropa de cama o del bebé–, ya que él se podría enredar.
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El bebé debe quedar con la cabeza al descubierto. Existen sacos de dormir especiales para bebés, donde su cuerpo queda cubierto y su cabeza queda libre para poder respirar.
La madre podrá atender a su bebé sin ningún problema, sin necesidad de estar pegada a él o si es que le teme al colecho. Por otro lado, el bebé se acostumbrará a dormir solo y tener su espacio, por lo que será más fácil que después tenga su propia habitación.
La información provista en este artículo es de carácter general. Ante cualquier duda es importante que consultes a tu pediatra de cabecera, quien podrá darte las recomendaciones particulares para tu hijo.