Bebés 1-3 Años

¡Tu bebé tiene 14 meses!

Desarrollo

 

Es increíble lo rápido que pasa el tiempo. ¡Y tu bebé no para de moverse y crecer!
Compartimos en esta nota algunos puntos claves sobre la vida de tu bebé de un año y dos meses.

Crecimiento y desarrollo
Puede ser que a esta edad solo diga dos o tres palabras como "mamá", "agua", “papa” o que tenga hasta 20 palabras en su vocabulario. Cada bebé es diferente. Es importante que lo felicites cuando nombra un objeto, por ejemplo cuando ve un perro y dice “guau guau”. Lo más probable es que cuando vea otro animal parecido lo llame de la misma manera, esto es una buena señal de que está aprendiendo a relacionar. En este caso podés explicarle que “eso no es un perro, es un gato y los gatos hacen miau”. Verás que en poco tiempo nombrará también al gato.
Señalarle cosas y nombrarlas correctamente ayudará a que vaya ampliando su vocabulario.

Alimentación
Además de los alimentos sólidos, a esta edad debería tomar unos 600cc de leche al día o completar esta cantidad con productos lácteos. Si ya no toma el pecho y no le gusta tomar leche, podés asegurar el aporte de calcio ofreciéndole derivados como yogur o quesos , o “camuflar” la leche en sabrosas preparaciones: flan casero, polenta con leche, queso blanco,puré con leche,etc.

Lo ideal es que tome la leche en vasito, porque la mamadera no es buena para su salud dental. Podés ir incorporando el vasito de a poco, primero en la toma de la tarde, para el agua del almuerzo, etc. hasta que lo vaya aceptando y lo incorpore en sus hábitos.

Consejos para padres
¿Es normal que pegue, muerda, rasguñe, etc.? A esta edad sí, y no lo hacen con maldad, sino para llamar la atención, porque les divierte la reacción que generan (llanto, grito, risas en los más grandes, etc.). Lo importante es no fomentar este comportamiento, explicarle al niño que eso duele, no reírse cuando lo hace y evitar jugar a las “mordidas” con él, porque aunque sean suaves, el niño interpreta que está bien hacerlo, pero, a diferencia de un adulto, él no puede medir la intensidad con la que muerde.

La información provista en este artículo es de carácter general. Ante cualquier duda es importante que consultes a tu pediatra de cabecera, quien podrá darte las recomendaciones particulares para tu hijo.